Busca al Senor par el Arzobispo Dennis M. Schnurr
El Año Nuevo es un momento para mirar hacia atrás y mirar hacia adelante.
No se puede negar que el año pasado ha sido difícil para todos los Católicos. Los fieles, han reaccionado comprensiblemente, con enojo y frustración ante el mal manejo histórico del abuso sexual infantil en la Iglesia y la falta de responsabilidad por parte de algunos obispos. Al recordar el año 2018, también podemos reflexionar sobre las decepciones, los errores, los pecados y las oportunidades perdidas en nuestras propias vidas, así como las bendiciones abundantes.
Amismo tiempo, 2019 es un libro sin abrir lleno de promesas.
Puede ser tentador preguntarse qué se puede cambiar realmente al darle vuelta a una página del calendario. ¡La respuesta es que nosotros podemos cambiar! Y cambiando nosotros mismos, podemos cambiar a otros a través de nuestro testimonio.
Con referencia a la crisis actual en la Iglesia, el Cardenal Daniel N. DiNardo, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, escribió: “. . . nuestra esperanza para una reforma verdadera y profunda, radica en última instancia más que en sistemas excelentes asi como esenciales que son. Se requiere santidad: la convicción profunda de las verdades del Evangelio y la disposición a ser transformados por esas verdades en todos los aspectos de la vida.”
De manera similar, cambiar las leyes deplorables de anti-vida de nuestro país es imperativo pero insuficiente. Cambio de corazones, no solo las leyes, es la manera de construir una cultura de vida. La Marcha por la Vida en Washington cada año, en el aniversario de la desastrosa decisión de legalizar el aborto, Roe v. Wade del Tribunal Supremo, es un testigo importante. He participado muchas veces. Sin embargo, no es la única manera de dar testimonio de nuestro respeto por la vida.
El “promotora” de Roe v. Wade fue Norma McCorvey. Ella fue una defensora del aborto durante dos décadas, e incluso trabajó en una clínica de abortos en Dallas. Luego, en 1995, una organización pro-vida se mudó a una oficina de al lado. En pocos meses, Norma abandonó la industria del aborto y unos años más tarde fue recibida en la Iglesia Católica.
¿Qué pasó? Es significativo que Norma McCorvey llamó a la historia de su jornada de conversión Ganada por el Amor (Won by Love). En un suplemento al libro, escribió: “No hay un día en que no agradezca a Dios por los hombres y mujeres que, por su contacto personal conmigo o simplemente por sus oraciones, me han ayudado en mi jornada”.
Los defensores pro-vida, los trabajadores del centro de embarazo y los voluntarios del Proyecto Rachel en toda la Arquidiócesis cambian corazones cada día. Su testimonio amoroso y paciente es construir una cultura de vida persona por persona. Por eso estoy muy agradecido.
Mientras nos preparamos para celebrar la Semana de las Escuelas Católicas a nivel nacional del 27 de Enero al 2 de Febrero, también estoy agradecido por los miles de maestros, directores, personal, voluntarios y padres que comparten desinteresadamente sus dones y talentos con nuestros jóvenes. El tema de nuestra celebración este año es “Escuelas Católicas: Aprender. Servir. Dirigir. Éxito”. Los profesionales de la escuela Católica y los voluntarios modelan todos estos comportamientos para los estudiantes, enseñando lo que más importa, no solo con los planes de las lecciones, sino con el ejemplo Cristiano.
En este año nuevo, oremos por una renovación de nuestra propia fe, esperanza y amor para que podamos ser efectivamente la luz del mundo que Cristo nos llama a ser (Mateo 5:14).
Quizás la mejor bendición que les puedo dar para comenzar este año nuevo es de la primera lectura del 1 de Enero, la Solemnidad de la Santísima Virgen María, la Madre de Dios (Números 6:24-26):
¡Yavé te bendiga y te guarde!
¡Yavé haga resplandecer su rostro sobre ti y te mire con buenos ojos!
¡Yavé vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz!