Busca al Señor: Arzobispo Dennis M. Schnurr
“Nadie tiene amor más grande que este, dar la vida por sus amigos” (Juan 15:13).
Este pasaje de la lectura del Evangelio del 6 de Mayo, el Sexto Domingo de Pascua, es uno de los dichos más famosos de Jesús. Incluso los que no son cristianos están bastante familiarizados
con esto. Con estas palabras en la Última Cena, Jesús está preparando a los apóstoles para su pasión y muerte en la Cruz, la última entrega de su vida para sus amigos. Al mismo tiempo, sin embargo, Cristo llama a todos los cristianos a un sacrificio de amor similar.
En la misma lectura, Jesús dice: “Este es mi mandamiento: ámense los unos a los otros como yo los he amado” (Juan 15:12). ¡Esta es una orden fuerte! Y sin embargo, los cristianos lo hacen. El mundo vió un ejemplo impresionante de esto recientemente en el Teniente-Coronel Arnaud Beltrame. El oficial de policía Francés, que era comandante adjunto de la policía antiterrorista en la región de Aude, se ofreció voluntariamente para reemplazar a una mujer como rehén durante un ataque terrorista en un supermercado. El terrorista le disparó en el cuello y luego murió.
No debería sorprendernos descubrir que Arnaud era un Católico practicante que tuvo una experiencia de conversión en el 2008, a la edad de 32 años. Fue recibido en la Iglesia en el 2010 y recibió el Sacramento de la Unción de los Enfermos antes de morir. El capellán nacional de la gendarmería le dijo a una revista Católica Francesa: “Podemos decir que su acto de auto-ofrecimiento es consistente con lo que él creía. Sirvió a su país hasta el final y dió testimonio de su fe hasta el final”.
Aquí en los Estados Unidos, nosotros apartamos el Día Conmemorativo (Memorial Day) — este año es el 28 de Mayo — como un día festivo nacional para honrar a todos los hombres y mujeres de nuestras fuerzas armadas que entregaron sus vidas desinteresadamente al servicio de su país y a su gente. Muchas de nuestras parroquias y cementerios conmemoran el día con servicios especiales. Es bien sabido que la enseñanza de la Iglesia Católica establece circunstancias relativamente estrechas bajo las cuales la guerra puede ser una acción justa. Sin embargo, no importa el estado moral de un conflicto dado, la Iglesia respeta el sacrificio amoroso de aquellos que sirvieron y murieron en la guerra.
También hay muchas otras maneras de dar la vida en un servicio amoroso. La Arquidiócesis de Cincinnati reconoce eso cada año con la celebración de una Misa Azul en honor al sacrificio de los policías, bomberos y personal de seguridad que arriesgan sus vidas a diario, así también una Misa Blanca para profesionales y voluntarios cuidadores de la salud. En diferentes maneras, los individuos honrados en estas Misas viven el mandamiento de Cristo de amarse unos a otros como Él nos ama.
El 13 de Mayo, todo nuestro país honra a las madres con la celebración del Día de la Madre. Para muchos de nosotros, nuestra madre es el mejor modelo de vida vivida para otros. “Las madres, en su amor incondicional y de sacrificio por sus hijos, son el antídoto contra el individualismo”, dijo el Papa Francisco a los peregrinos durante una audiencia general.
La maternidad, nunca una vocación fácil, es aún más difícil en una cultura que no apoya los valores tradicionales. Esto es especialmente así cuando se lleva a cabo sin la colaboración del padre. Además, algunas madres se ven afectadas por enfermedades, adicciones o malas elecciones de vida. Sin embargo, cualesquiera que sean sus circunstancias, la mayoría de las madres han hecho grandes sacrificios por sus hijos — algunas incluso dan un bebé en adopción por el bien del niño.
En el mes dedicado a María, nuestra Santísima Madre y Madre de la Iglesia, recemos por las madres y por todos quienes sirven a los demás. Pidamos también al Señor la gracia de seguir su ejemplo y el ejemplo de Él, de amar a los demás y vivir para los demás.